Desde hace un tiempo vengo siguiendo los problemas autoinfligidos en la economía norteamericana; aunque en realidad, si nos ponemos a indagar un poco, el trasfondo de esa obsesión más que acercarse a la economía se entorna sobre la naturaleza del ser humano, de cómo se puede mentir al prójimo descaradamente y de cómo sobre los pilares de la corrupción y la mentira se construye un modelo de negocios (y una sociedad entera!). Obviamente mi búsqueda no tiene nada de nuevo y como yo no soy un economista sino un ciudadano común, más de uno me apuntará con razón a los textos clásicos tales como De Officcis, El Príncipe y otros.
Lo que más me fascina del tema, sin embargo, es este fenómeno de “profesionalización de la corrupción”, donde no estamos hablando ya de un mero trato secreto sino de una asignatura que se estudia y se perfecciona en los niveles académicos (algo de esto verán más adelante).
Ya he tocado el tema del colapso financiero en post de años anteriores, incluso con algo de humor. Un documental relevante y muy iluminador, que lamentablemente olvidé de mencionar en este blog, es The Smartests Guys in the Room, sobre el ascenso y la estrepitosa caída de la empresa de energía Enron en 2001, que si bien no está relacionado directamente con la crisis de las subprime, presenta las bases del modo de actuar de estos “hábiles empresarios neoyorquinos”.
El último material que pasó por mis manos, gracias a este post en Kriptópolis, es el documental Inside Job de Charles H. Ferguson. En Inside Job se tocan temas tales como la desregulación de la pseudoindustria financiera, el fraude en los libros de las empresas y del gobierno, el auge y la crisis de los préstamos hipotecarios, las vista gorda y las lavadas de mano de las agencias calificadoras, el posterior rescate financiero, los grotescos montos de dinero repartidos por la pirámide financiera, la estúpida indulgencia para con los grandes bancos y sus directivos, la influencia de las empresas en la academia y en la investigación económica (si me permiten la expresión), y la obscena (y continua) manipulación de las instituciones públicas. Temas que, como habría de suponer, no se han resuelto y decididamente no se resolverán.
De todas formas asustarse de las tramoyas y de la desidia/inescrupulosidad extranjera es casi una anécdota cuando tenemos las locales que están a la vista de todos y sobre las cuales también se hace poco y nada (salvo que nos pongamos de acuerdo en el corto plazo, algo que tampoco va a ocurrir).
Les dejo el trailer, como para que vayan tomando una idea de lo que se trata. El documental completo lo pueden encontrar subtitulado en línea con San Google.
Como siempre, recomiendo tomar estos materiales con cierta sospecha y en lo posible ir a las fuentes para comprobar la veracidad. Aún así, el film no tiene desperdicio.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario